Lo que los HOMBRES siempre deben LEER en la BIBLIA
Siempre que me preguntan qué leer en la Biblia, doy este consejo: Medite bien en estos capítulos de Proverbios, para que al final no diga que no lo sabía
Un consejo que suelo darles a los hombres y a las mujeres es que, cuando no sepan qué leer en la Biblia, lean Proverbios, capítulos 5, 6 y 7.
Es un conjunto de consejos sobre el peligro del adulterio, de una pasión fulminante. Luego, con tiempo, léalos de a poco y preste atención al tema.
El proverbio comienza diciendo: «Hijo Mío, presta atención a Mi sabiduría, inclina tu oído a Mi prudencia, para que guardes la discreción, y tus labios conserven el conocimiento. Porque los labios de la extraña destilan miel, y su lengua es más suave que el aceite; pero al final es amarga como en ajenjo, aguda como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte, sus pasos solo logran el Seol». (Proverbios 5:1-5). Ya puede tener una idea de lo que trata esta parte.
Es inevitable pensar que Salomón hablaba de algo que conocía de cerca, porque fue lo que sucedió con su padre y su madre. Un matrimonio puso a toda una nación en una ruta de colisión, y, hasta hoy, no se ha recuperado. Israel nunca volvió a ser la misma desde la historia de David con Betsabé. El primer hijo de ellos murió. Pero después nació el rey Salomón. Y él habla de algo que sintió en carne propia, porque todo el mundo sabía del pecado de sus padres.
El pecado comienza con la seducción de nuestros sentidos. También somos seducidos por la imaginación: «¿cómo sería?».
A veces, una mujer no recibe la atención del marido, él no se preocupa por sus necesidades. Y entonces, ella empieza a imaginar. Recuerde que el rey David, antes de caer, miró a Betsabé. Hasta que, en el momento oportuno, le dio rienda suelta al pensamiento que estaba teniendo.
Salomón también dice: «Bebe agua de tu cisterna y agua fresca de tu pozo. ¿Se derramarán por fuera tus manantiales, tus arroyos de aguas por las calles?». (Proverbios 5:15-16). Es decir, así como el agua era muy preciosa en el desierto, el hombre no debe desperdiciar el amor de su esposa.
Y continúa: «Sean para ti solo, y no para los extraños contigo. Sea bendita tu fuente, y regocíjate con la mujer de tu juventud, amante cierva y graciosa gacela; que sus senos te satisfagan en todo tiempo, su amor te embriague para siempre. ¿Por qué has de embriagarte, hijo mío, con una extraña, y abrazar el seno de una desconocida?». (Proverbios 5:17-20).
Salomón sabe que los hombres son visuales, por eso, incluso aconseja que ni siquiera se debe pasar por la puerta de la mujer extraña. Y esto también aplica a las mujeres. La mujer debe cuidar sus sentimientos, el involucrarse emocionalmente y su imaginación. Es decir, marido y mujer deben cuidarse el uno al otro para no dejar brechas para el pecado del otro.
El consejo que queda es: de vez en cuando, lean Proverbios 5, 6 y 7. Mediten en estas palabras. Nunca está de más recordar cómo trabaja el pecado para acosarnos y cuán amargo es.
Vea el mensaje completo en el siguiente video.