Todos los autos necesitan combustible para funcionar, algunos funcionan a gasolina y etanol. También están los que son eléctricos, los celulares de igual modo funcionan basados en un sistema. Es decir, determinadas cosas funcionan únicamente con sus debidos combustibles. Y con el ser humano no es diferente. El hombre también necesita llenarse, y este es uno de los grandes problemas de la humanidad actualmente.

Hoy, vemos a personas que, literalmente, tienen todo: fama, dinero, belleza, casa, auto, familia, pero están vacías, se quieren morir, intentan suicidarse. Lo interesante es que cuando conversamos con alguien de generaciones anteriores sobre cómo era la vida hace 50, 60 años, nos impactamos con lo poco que tenían y, aun así, eran más felices que las personas de hoy, que tienen mucho más de lo que tuvieron las generaciones anteriores.

Yo escucho decir que lo que les falta a muchos para que venzan el vacío es justamente lo contrario a todo eso. Lo que les falta para que tengan más sentido en sus vidas es aprender a ser felices con menos, ser felices con lo que tienen, valorar la casa, la ropa, el transporte que tienen, por más sencillo que sea. Falta ser feliz con menos y no tener ansiedad por más.

Las personas más felices son las más agradecidas y lo que definitivamente resuelve el vacío del ser humano, es la presencia de Dios, porque Él puso la eternidad en el corazón del hombre. Por eso, solo el Eterno puede llenar ese espacio en su corazón.