Un alumno nos escribió diciendo que su esposa es narcisista, que ella lo desprecia, lo humilla y lo ofende, y que intentó hablarle varias veces, pero no acepta, siempre piensa que está en lo correcto. Además, es una persona muy rencorosa, incluso en relación con Dios, y tiene ataques de ira al punto de romper todo, insultar y decir malas palabras.

Él, a su vez, alega ser un marido atento, cariñoso, que ayuda con las tareas de la casa, pero dice que para ella nada es suficiente. Varias veces le llegó a decir que no lo ama y que no lo aguanta más. Él pide ayuda porque no sabe qué más hacer.

Delante de todo lo que relató, podemos concluir que, en primer lugar, el problema de ella no es narcisismo, esta esposa tiene serios problemas espirituales y emocionales.

En segundo lugar, él está en una relación abusiva, por eso, tiene dos opciones: una lenta y otra rápida.

La lenta es lo que ya estás haciendo, que es ser un buen marido y esperar que ella entienda que está equivocada y cambie. La rápida es salir de esa relación. Esto no quiere decir que debe desistir de ella, me refiero a una ausencia planeada, en la cual él no se someterá más a una relación abusiva. Esta es la mejor oportunidad para que ella despierte y se dé cuenta de que necesita ayuda: al sentir el dolor de la pérdida.

Escucha la orientación que se le dio a este alumno en el siguiente video.