¿Alguna vez se sintió molesto con Dios? ¿Quizás, incluso, se sintió tentado a estar resentido con Él?

La Biblia muestra la historia de una mujer que perdió a su marido y a sus dos hijos, eso la dejó tan disgustada que, incluso, decidió cambiar su nombre. Se llamaba Noemí, que significa dulce, y cambió su nombre a Mara, que significa amarga, y decía: «De gran amargura me ha llenado el Todopoderoso».

Ella culpaba a Dios por sus males, nunca se recuperó del golpe que sufrió, vomitaba amargura cuando hablaba, y pensaba que nunca más sería feliz.

Por otro lado, su nuera, Rut, pasó por la misma tragedia, perdió a su esposo y, aún peor, era extranjera. Las posibilidades de volver a casarse eran mínimas para ella. Pero, a diferencia de su suegra, ella tenía un espíritu alegre, estaba dispuesta a salir adelante y creía. Tanto es así que se casó con Booz, se convirtió en la abuela del rey David, y entró en la genealogía del Señor Jesús. Observe la diferencia de actitud.

Yo, incluso, conocí personas que se volvieron ateas después de haber sufrido una pérdida, y eso es un verdadero disparo en el pie. Después de todo, ¿dónde está la lógica en volverse contra la única persona que puede ayudarlo?

La verdad es que, si usted no entiende las razones de la vida, significa que usted no es Dios. Yo tampoco entiendo muchas cosas, las razones, Él permite esto para que confiemos, aun sin entender.

Por ejemplo, yo no entiendo de aviación, no entiendo cómo un avión puede volar con todo ese peso, y, aun así, no dejo de viajar. Confío en los pilotos y en que Dios mantendrá el clima favorable para un vuelo seguro. Las personas confían cuando toman un medicamento, aun sin entender cómo funciona, creyendo que resolverá el problema. Pero luego, cuando se trata de Dios, quieren razones, explicaciones, todo detallado.

Las personas amargas se consideran tan superiores que se creen capaces de llevar a Dios a juicio. Necesitan una dosis más grande de humildad.

Escuche el mensaje completo en el siguiente video y aprenda más sobre el tema.