OMITIR ES PECADO, ENTIENDA POR QUÉ
Pecado no es solo adulterar, mentir, robar, chismear, sino también omitir (ser negligente, descuidado con las propias responsabilidades).
Está escrito: «A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado», Santiago 4:17. Entonces, si puedo hacer algo, pero no lo hago, estoy pecando, porque estoy siendo omiso. Usted puede observar que va más allá de nuestras obligaciones, esto incluye nuestra capacidad de hacer. El Señor Jesús también enseñó esto en la parábola de los talentos, en la que uno de los siervos fue negligente. En lugar de esforzarse en su responsabilidad y hacer lo que puede y debe hacer, la persona se esfuerza en dar excusas. Sin embargo, Dios no acepta excusas, no acepta explicaciones, por más elaboradas que sean, para algo en lo que usted se equivocó.
La reina Ester, por ejemplo, cuando estaba en el palacio, vio a su propio pueblo ser amenazado, pero Mardoqueo la alertó, diciéndole que podía hacer algo al respecto (Ester 4). Es decir, debemos ser valientes y cumplir nuestra parte. También está escrito: «Si eres débil en día de angustia, tu fuerza es limitada», Proverbios 24:10. ¿Qué es ser débil en el día de angustia? No quiere decir que la persona es débil, sino que se mostró débil. Es decir, fue omisa, no mostró la fuerza que estaba dentro de sí. Nuestra fuerza viene por medio de nuestra fe. Cuando una persona dice: «No tengo fuerza», es una mentira que el mal le contó, porque la Palabra de Dios dice que no somos tentados, nunca, más de lo que podemos soportar (1 Corintios 10:13). Si no mostramos nuestra fuerza en el día de angustia, estamos siendo omisos.
Usted que está atravesando un día de guerra, no acepte esta palabra que dice: «No puedo, es demasiado difícil para mí, me rendiré». Esta batalla en su mente es la primera que debe vencer, la batalla de los pensamientos. Esta es la principal guerra que enfrenta, no la externa (deudas económicas, problemas familiares, problemas de salud). A la guerra que traba del lado de afuera la vencerá tarde o temprano, si vence la guerra en su mente.
Esta es una falla gravísima delante de Dios: ser débil cuando se debe ser fuerte. Usted, marido, debe ser fuerte para luchar por su matrimonio, no desista. Usted que es empleado en una empresa, no sea omiso. ¿Usted se ha mostrado débil en el día de angustia? Levántese y manifieste su fuerza, porque en la actitud de fe está el milagro.
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