thumb do blog Renato Cardoso
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PIOJOS

¿Qué voz está repitiendo? ¿La de la multitud o la que está en contra?

«No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios…» Éxodo 23:2

Observe que la sabiduría de Dios nos exhorta sobre seguir la opinión de la mayoría. Usted, seguramente, ya escuchó hablar de que lo correcto es correcto, aunque pocos lo hagan, y lo malo es malo, aunque la mayoría lo haga. Sin embargo, las personas normalmente quieren formar parte de la multitud. Ellas quieren formar parte de un grupo que está alineado con lo que concuerdan. Por lo tanto, la persona encuentra un determinado grupo que defiende una cierta bandera, una cierta ideología. Y, de esta manera, viste la camiseta, comienza a hablar como el grupo y lo representa, sin saber, en la mayoría de las veces, lo que está haciendo. Las personas suspenden su raciocinio y siguen a la multitud por los sentimientos, y la Palabra nos alerta al respecto.

Es natural que el ser humano, incluso por cuestión de sobrevivencia, busque unirse a la mayoría. Después de todo, ¿quién quiere enfrentar a la mayoría? Solo las personas realmente convencidas. Cuando el Señor Jesús estuvo aquí, enfrentó a la mayoría y fue crucificado por eso. Cuando usted está convencido, no le importa, a pesar de haber pagado un alto precio fue necesario, y que nos mostró la convicción de la verdad que vino a traernos. La muerte de los cristianos fue lo que promovió con más fuerza la creencia que ellos practicaban. ¿Qué creencia es esta, por la que están dispuestos a morir?

La Palabra de Dios nos enseña a reflexionar, y no a seguir a la multitud. Una máxima en la propaganda de la época del nazismo fue: «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad». Y ellos trabajaban en la propaganda como lavado cerebral para que la población hable como ellos querían. Vemos esos relatos por informaciones y fotos, pero en esa época había personas que se sometían a esos pensamientos, personas estudiadas. Todo eso era fruto de seguir a la multitud y de suspender el raciocinio. «Si alguien está diciendo eso y es una autoridad, la radio lo dice y mi vecino lo dice, entonces debe ser verdad», pero Dios nos llama a la inteligencia y que alineemos nuestros pensamientos con los de Él. Del mundo vienen «mis verdades», pero Dios es «la» verdad. Y, de esta manera, no correremos el riesgo de equivocarnos.

Por eso, tenga cuidado si está siguiendo alguna ideología, alguna figura que ocupó un espacio en su corazón. Normalmente, la multitud no anuncia que está haciendo el mal, las banderas dicen que están haciendo el bien. Por lo tanto, tenga cuidado con la voz que repite. No caiga en el mismo agujero en el que está la multitud.

Reflexione al respecto y vea el mensaje completo.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso