La Palabra de Dios nos enseña que la pobreza nunca fue un plan de Dios. La pobreza en este mundo no es causada por Dios. Porque cuando Él creó este mundo, creó la abundancia, Él hizo el Paraíso. Y puso al hombre en este lugar de abundancia con todo lo que necesitaba para la vida.

La Tierra fue maldita cuando el hombre pecó contra Dios. Y así ha sido hasta nuestros días. Sabemos que toda la creación gime a causa de la rebelión del ser humano contra Dios (Romanos 8:22). Y una de las consecuencias de esta rebelión es la pobreza. Y es algo muy curioso porque: ¿Alguien puede morir de sed cerca de un lago con agua cristalina? No. Pero es la misma situación del hombre. El mundo está lleno de riquezas, pero las personas atraviesan dificultades debido a la injusticia, a la falta de conocimiento (en general). El mundo tiene recursos suficientes y si las personas se comprometieran a hacer lo correcto, habría prosperidad.

Cuando usted va a Dubái o a Arabia Saudita, que son lugares desérticos, se da cuenta de que el conocimiento humano ayudó a descubrir petróleo, a generar riquezas y a hacer que las ciudades prosperen. La pobreza, normalmente, es falta de conocimiento, de aprovechar lo que está a disposición. También es falta de relación con el Padre. ¿Cómo puede ser pobre un hijo teniendo un padre muy rico? En este mundo, hay hijos que son desheredados por no tener una relación con sus padres. Lo mismo ocurre con los que no tienen relación con Dios.

Muchas personas trabajan con mucho esfuerzo, pero no usan la cabeza. No logran acumular nada en sus vidas. La cabeza debe trabajar. Mi padre solía decir el dicho popular: «cuando la cabeza no piensa, el cuerpo paga». ¿Y cuántas personas hay que están pagando con el cuerpo la falta de trabajo de la mente? Entonces, la pobreza viene por no pensar, por la falta de relación con Dios, por la falta de carácter. Sí, vemos que sobra tanto dinero en el mundo, pero hay corrupción, intereses en las cabezas de gobernantes y entre quienes hacen negocios. La pobreza ocurre debido a la corrupción del carácter humano. Los gobiernos trabajan con tantos recursos que, si se aplicaran correctamente, no habría tantas tragedias sociales y naturales.

Cuando hay inundaciones, las personas dicen: «¿Y Dios?». Pero ¿por qué las personas no usan la inteligencia y los recursos correctamente para evitar problemas cuando ocurren estos eventos naturales? Por ejemplo, Holanda es conocida como «Países Bajos» porque está por debajo del nivel del mar. Y resolvieron el problema construyendo fuertes diques que mantienen el país seco. El ser humano habla de Dios, pero no mira hacia dentro de sí mismo.

La pobreza más grande del ser humano es la espiritual. Aunque esté rodeado de oro, es pobre. Hasta el día en que despierte (si es que lo hace) para conocer el mayor Tesoro, la gran riqueza de conocer a Dios.

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