Si aún no ha leído los evangelios (la palabra significa «buenas nuevas» y son cuatro libros de cuatro autores), debería hacerse un gran favor y leerlos (incluso si es ateo o de otra religión). Porque traen «buenas noticias» a través de Jesús. ¿Quién no quiere recibir buenas noticias? Y los evangelios son las buenas noticias de Dios para nosotros.

Dentro de los evangelios, en Lucas, está escrito: «Y poco después, Él comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del Reino de Dios; con Él iban los doce, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos» (Lucas 8:1-3).

Quiero llamar su atención sobre este hecho: había mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades. Muchas personas de hoy pueden decir: «En esa época, la ciencia y la medicina no estaban desarrolladas y las personas decían que todo era “demonio”». De hecho, no todo lo malo es promovido por el diablo. Hay cosas generadas por la propia persona. Pero esto no elimina el hecho de que el propio Señor Jesús (y no el autor o los observadores) señaló la acción del diablo en la vida de las personas. Incluso, Él mismo expulsó demonios de la vida de determinadas personas.

¿No cree que, si fuera una cuestión de creencia o superstición y alguien llegara con su hijo lleno de problemas, Él diría: «eso no es “demonio”, es un problema mental»? ¿No cree que Jesús habría aclarado sobre el asunto? Seguramente sí. Pero Él habló sobre los demonios. No lo trataba como folclore. Lo trataba como cosas reales, del mundo espiritual, que interactúan con la humanidad en el mundo físico.

Y volvamos al siglo 21… Cuando usted ve ciertas maldades del ser humano, ¿las ve como algo normal? ¿Existe una fuerza que lo incita al mal? No es difícil entender que muchas personas son incitadas por fuerzas malignas, que suspenden el juicio y la moral de esas personas para que practiquen el mal.

De hecho, en el capítulo 8 de Lucas, usted ve que Jesús intervino contra un demonio. Y la Biblia da detalles de cómo actúan los espíritus malignos. Vimos en este pasaje bíblico que mujeres fueron curadas. Así, comprendemos que los demonios también pueden generar enfermedades en las personas. Por este motivo, a veces, una persona va al médico, se hace los exámenes, pero no encuentran una solución.

Lo que estoy mostrando aquí es una realidad y no una «película de terror». Quiero traer a su conciencia el hecho de la existencia del mal. Muchas veces, usted no entiende por qué suceden ciertas cosas en su vida, pero detrás hay un mal. Y el motivo no es la falta de creencia en Dios (porque los demonios también creen), sino la falta de su presencia en la vida de las personas.
Y la solución es buscar a los verdaderos discípulos del Señor Jesús, porque tienen autoridad para expulsar demonios en Su nombre. Reciba la oración de un hombre de Dios y este mal, en el nombre del Señor Jesús, se irá. Si su problema es algo espiritual, verá la diferencia.

Piense al respecto con el siguiente video.