RENCOR CON OTROS NOMBRES
No beba de este veneno que destruye su alma. Usted puede perdonar y amar a su enemigo, solo debe seguir el consejo bíblico.
Una historia muy interesante da inicio al capítulo 4 del libro de Hechos.
Dice así:
«Mientras ellos hablaban al pueblo, se les echaron encima los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo, y los saduceos, indignados porque enseñaban al pueblo, y anunciaban en Jesús la resurrección de entre los muertos. Les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, pues ya era tarde», Hechos 4:1-3.
Los apóstoles Pedro y Juan encontraron a un paralítico en la puerta del templo, quien solía pedir limosna. Entonces, movido por la fe, Pedro lo sanó, este comenzó a saltar, mostrando claramente que el milagro había ocurrido.
Pronto, el pueblo se sorprendió y tanto Pedro como Juan comenzaron a predicar afirmando que el milagro no había ocurrido por ellos, sino por aquel a quien ellos habían crucificado días antes: el Señor Jesús. Sin embargo, si ellos creían, también podrían recibir lo mismo que aquel hombre.
Sin embargo, lo que debería haber sido motivo de alegría, en realidad, fue motivo de rencor para esos líderes religiosos, quienes, según el Texto, sentían mucho resentimiento por el hecho de que los apóstoles les estuvieran enseñando al pueblo.
Observe, ellos no estaban felices por la cura del paralítico, no había alegría por el milagro de Dios entre ellos, lo que había era, literalmente, resquemor, el sentimiento de envidia de no querer que alguien tenga más éxito, y esos son otros nombres para el rencor. Y todos, cristianos o no, saben que guardar rencor es incorrecto, sin embargo, algunos prefieren guardarlo y cuidarlo como si fuera una mascota.
Pero, en el contexto cristiano, existe aún más conciencia de que una persona que guarda dolor, que se niega a perdonar, está directamente en conflicto con la Palabra de Dios, que enseña que debemos perdonar para ser perdonados.
Por lo tanto, un cristiano que admite que siente rencor está diciendo, en otras palabras, que está mal espiritualmente, que está caído, y así, pocas personas, salvo las que son muy sinceras, admiten que sienten rencor.
Entonces, para no admitir su resentimiento, crean otras palabras, otras formas de explicar lo que sienten. «No estoy resentida con él, simplemente no quiero hablarle», «no es rencor, simplemente estoy decepcionado», «no estoy herido, solo estoy molesto».
Es decir, las personas van cambiando las etiquetas del resentimiento, pero el contenido es el mismo sentimiento que de esos líderes religiosos.
Obviamente, Jesús no enseña que debamos convivir con nuestro enemigo, sino amarlo. Y amar al enemigo, bíblicamente hablando, significa hacer lo que es correcto ante Dios, aunque el enemigo intente perjudicarlo, usted hará lo correcto, es decir, pagará el mal con el bien.
Sin embargo, muchas personas se equivocan porque piensan que su sentimiento de rencor disfrazado de decepción está justificado.
Sepa que el rencor es algo malo en cualquiera de sus formas, sea cual fuera el nombre que tenga en su vida. Si su vida está estancada, si no puede seguir adelante o vivir una vida ligera, probablemente el rencor tenga algo que ver con eso. En primer lugar, debe abrir su corazón a Dios, sacar ese sentimiento de su interior, conceder el perdón por decisión, no por sentimiento, y liberarse de eso para, finalmente, poder avanzar y no quedar atrapado en esa prisión que ha creado para sí mismo.
Vea el mensaje completo en el siguiente video.