thumb do blog Renato Cardoso
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SOBRE EL SHOW DE MADONNA Y LAS DESGRACIAS EN EL PAÍS

Felices por fuera, quebrados por dentro. Ese es el retrato de muchos hoy en día

Lo invito a meditar conmigo sobre un pasaje del libro del profeta Isaías. Parece como si hubiera sido escrito en nuestros días, porque describe la situación no solo de nuestro país, sino del mundo en general.

El propio Dios Le habla al profeta respecto a la situación del pueblo en Jerusalén, que era el centro religioso de Israel, donde estaba el Templo (y Judá era la región de Jerusalén). Dios dijo que le quitaría el sustento de pan y agua al pueblo, que sus habitantes serían oprimidos y se levantarían unos contra otros. Es decir, Jerusalén no necesitaría enemigos externos, ellos se autodestruirían. Jerusalén también sería ingobernable y elegiría a cualquiera para gobernarla.

«Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído, porque su lengua y sus obras están contra el Señor, rebelándose contra Su gloriosa presencia, la expresión de su rostro testifica contra ellos, y como Sodoma publican su pecado; no lo encubren. ¡Ay de ellos!, porque han traído mal sobre sí mismos.» Isaías 3:8-9

En otras palabras, ese pueblo estaba pecando públicamente contra Dios, no se preocupaba por esconder los pecados y ya estaba abiertamente en su contra. Hubo un espectáculo en Río de Janeiro que hizo eso (y con dinero público). Esto no está oculto. Y las personas celebraban, mientras la desgracia se desataba en el sur del país.

El rostro es el espejo del alma. Y vemos que hay muchas personas, para ocultar la oscuridad que hay en sus almas, deben cubrir sus rostros con «maquillajes», con expresiones de felicidad. Son personas que están arruinadas por dentro. Y, como Sodoma (con todo tipo de depravación y promiscuidad), se hacen daño a sí mismas, como dice la Palabra.

«Decid a los justos que les irá bien, porque el fruto de sus obras comerán. ¡Ay del impío! Le irá mal, porque lo que él merece se le hará», Isaías 3:10-11. Es decir, cada uno cosechará lo que haya hecho (aunque no suceda de inmediato).

Entonces, hemos visto la razón de tantas calamidades. Las personas están cosechando lo que sembraron. Usted vota a políticos que promueven esa depravación. Enciende la TV en canales que promueven esa depravación. Usted debe elegir uno de los lados. Muchas personas no definen su fe. El pecado era la razón de la destrucción de Jerusalén en aquel entonces. Y no es diferente en nuestros días. La corrupción comienza dentro del pueblo y se extiende hacia los gobernantes.

La tragedia es la culminación de años de desobediencia a Dios. En el momento en el que las personas se enfrentan a estas tragedias, se preguntan: «¿Dónde está Dios?». ¿No es curioso que nadie quisiera saber de Dios cuando todo estaba bien?

No arreglaremos al ser humano, solo podemos arreglarnos a nosotros mismos. Por eso, cada uno debe mirarse a sí mismo y arreglarse. Aunque todos a su alrededor estén actuando como en Sodoma y Gomorra, usted debe hacer lo correcto, porque, si se une a ellos, su mismo fin será el suyo. Y ni siquiera Dios podrá salvarlo, porque usted no Lo quiso.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso