thumb do blog Renato Cardoso
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¡SOLO UN POCO MÁS!

Todos deseamos un final feliz, y la muerte no puede ser el punto final. ¿Ya pensó que solo estamos de paso por esta vida?

¿Ya ha sentido que estamos de paso por este mundo? ¿Ya se detuvo a pensar que no somos de aquí y que aquí no puede ser nuestro destino final? ¿Ya pensó que la muerte no puede ser el fin de todo? Al menos, alguna vez en su vida, ya surgió en usted el interrogante: ¿Acaso todo termina aquí?

Por más que pocas personas tengan una vida muy buena (de éxito, conquistas), no vivieron una justicia completa en este mundo. Y aún son muchos los que mueren y no ven la justicia hecha en vida, dejan desamparados a sus parientes, un fin incompleto. Observándolo en general, la vida en esta Tierra no presenta aquel «final feliz» que todos buscamos.

Entonces, si ese sentimiento de que estamos de paso el propio Dios lo puso en nosotros, ¿a qué lugar estamos pasando? Su Palabra confirma que aquí no es nuestro descanso. Estamos camino al verdadero desenlace: el nuevo Cielo, la nueva Tierra, donde no habrá más llanto, dolores ni injusticias.

Por eso, esa sensación está en nosotros a propósito, para que busquemos en Dios la respuesta. El apóstol Pablo, por el Espíritu Santo, dijo: «… estando convencido precisamente de esto: que El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús» (Filipenses 1:6). Usted que tiene la sensación de que existe ese «algo más», Dios ya comenzó la obra de esperanza. ¿Y qué debemos hacer? Confiar en que Dios comenzó esta buena obra, pero aún no la terminó, sin embargo, Él será fiel para hacerlo. Aun así, usted debe permanecer fiel a Él también. No pierda su esperanza.

Debemos recordar: «Solo un poco más». Está escrito: «Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque dentro de muy poco tiempo, el que ha de venir vendrá y no tardará», Hebreos 10:36-37.

Esto me hace recordar cuando subimos el Ben Nevis, la montaña más alta de Reino Unido, para un propósito. Cristiane, yo y otras personas que conozco subimos bajo la nieve, Dios nos libró. Al descender, ya estaba anocheciendo, aún faltaban dos horas para llegar al pie del monte y Cristiane comenzó a llorar, porque aún faltaba mucho. Se sentó y dijo: «Déjenme aquí, sálvense ustedes, sálvense». Hicimos una parada para animarla, no podíamos parar allí. Ella recobró el ánimo y continuó. Fue muy gracioso, hoy nos reímos mucho de eso.

Así sucede en la vida, a veces pensamos que no soportamos más, queremos detenernos, pero continúe caminando porque lo que Dios comenzó dentro de nosotros Él será fiel para completarlo. Y, cuando esto suceda, todos seremos felices por toda la eternidad.

Vea el mensaje completo en el video y piense al respecto.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso