SUBÍ A LA AZOTEA, VI ESTO (Y APRENDÍ)
Cuando subí a la azotea, entendí algo que puede cambiar la dirección de nuestra vida, o mejor, prevenir problemas. ¡Aquí va el consejo!
Recientemente, estaba caminando por la azotea de una iglesia, durante una inspección, y noté que había partes de la estructura metálica del techo que empezaban a mostrar signos de corrosión, lo que me sorprendió, porque era una iglesia con menos de 10 años de existencia.
Pero eso me trajo a la memoria un pensamiento: en la vida nada permanece estático, todo cambia, nada permanece igual. Todo lo que existe, todo lo que nos rodea, las cosas vivas y las inanimadas, nada permanece igual, porque todo se somete al tiempo, a los elementos que impactan en otros elementos, como el calor, la lluvia, el tiempo, que simplemente va pasando y hace que tanto las cosas como las personas envejezcan.
Nosotros, muchas veces, cometemos el gran error de creer que las cosas permanecerán iguales a como siempre fueron, y es ahí cuando entra el descuido, la negligencia, la falta de atención y la falta de mantenimiento de las cosas que queremos que permanezcan en buen estado.
Entonces, así como la azotea de la iglesia necesita mantenimiento, en la vida también debemos estar atentos a todo lo que cambia a nuestro alrededor, como nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestro matrimonio, entre otras cosas.
Solo hay algo que no cambia: Dios.
Él dice claramente:
«Porque Yo, el Señor, no cambio…» Malaquías 3:6
«Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.» Hebreos 13:8
He ahí una enorme diferencia entre el ser humano y Dios. Podemos mirar hacia Él, confiar en Él, depender de Él y de Su Palabra, basar nuestra vida en Él, porque no envejecerá, no cambiará Su manera de ser; Su Palabra no cambiará, Sus promesas no serán canceladas, todo lo que Dios dijo, hace y es permanecen igual.
Por este motivo, Él es Dios, y quien aprende a depender de Dios, a confiar en Dios y a poner tanto su fe como su vida en Sus manos, inmediatamente alcanza la paz, la seguridad. Porque, si por un lado, nada en la vida permanece estático y las cosas están en constante movimiento, por otro lado, tenemos la certeza de que Dios es el mismo y no cambiará.
Vea el mensaje completo en el siguiente video y medite en este asunto.