thumb do blog Renato Cardoso
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UNA BUENA NOTICIA PARA LOS QUE CARGAN DOLORES EN SILENCIO (O NO)

Dicen que solo hay dos certezas en la vida: la muerte y los impuestos. Pero yo añado una más: el dolor. El dolor forma parte de la vida, pero usted no necesita cargarlo solo. En el video de hoy, le traigo un desafío para que se libere de ese peso

Si hay algo que aprendemos temprano en la vida, es sobre el dolor. Viene de muchas formas: dolores físicos, provocados por enfermedades, accidentes o violencias. Pero los que más duelen son los dolores emocionales, porque generalmente son silenciosos.

Los dolores físicos son visibles. Quien está en un hospital gimiendo, pronto recibe atención. Pero ¿y los dolores del alma? Esos, la mayoría de las veces, se llevan en silencio. El dolor de la culpa, por no haber hecho lo que se debía. El dolor de la pérdida: de un amor, de un familiar, de un sueño que no se cumplió y que, en el fondo, usted sabe que nunca se cumplirá. El dolor de la frustración y la decepción.

Y el problema de estos dolores emocionales es que no se quedan estancados en el tiempo. Si no se tratan, evolucionan hacia un abismo de amargura. Y esa amargura se extiende a todas las áreas de la vida.

Tal vez, alguna vez haya escuchado a alguien decir que usted es negativo, que se queja demasiado. Tal vez, debido a ese dolor, usted mira el mundo con frialdad, sin importarle el dolor de los demás, porque el suyo parece ser más grande. Muchos hablan abiertamente sobre lo que sienten. Pero hay quienes sufren en silencio, intentando anestesiar el dolor con alcohol, vicios, distracciones. Solo que, al final del día, el dolor sigue ahí.

¡Pero hoy tengo una buena noticia para usted!

«Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados».
Isaías 53:4-5

Jesús ya llevó sobre Sí todos sus dolores. No podría ser nuestro Salvador si no hubiera pasado por el sufrimiento que nosotros pasamos. Él gimió, lloró y sufrió una muerte violenta. Él necesitaba cargar con nuestros dolores.

Y lo más importante en este versículo no es solo lo que hizo Jesús, sino el tiempo verbal utilizado: Él ya llevó. Es decir, su dolor ya fue llevado. Pero, si usted sigue sintiéndolo, quizás sea porque nunca se lo entregó verdaderamente.

Por último, ha enfrentado tantas cosas difíciles en la vida… ¿No sería más fácil entregarle ese dolor a Dios en lugar de seguir cargando con ese peso?

Vea el mensaje completo en el siguiente video y entienda.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso