Quiero hablar con usted, que se convirtió en una persona llena de bronca, que su estado normal es de indignación (incluso a veces llegando al odio o a la venganza). Usted ya no cree en nada ni en nadie. No cree más en la justicia, ni en el amor, ni en el respeto, ni siquiera en el ser humano. Usted es el tipo de persona que dice: «Cuanto más conozco al ser humano, más quiero a mi perro». Lo entiendo.

Quizás usted adoptó un lema que dice: «En la vida somos Dios y yo, y nadie más». Usted asumió esa postura después de tantas decepciones. Y ahora actúa individualmente y cuenta lo menos posible con el ser humano.

¿Sabe por qué usted se hizo así? Porque las personas de las que esperaba mucho lo decepcionaron (y ni siquiera tanto, solo esperaba lo mínimo de esas personas).
Usted se decepcionó de familiares, de personas de la iglesia, de los seres humanos por la falta del mínimo de decencia, después de haber ayudado a alguien. Usted hizo algo por buena voluntad por alguien y esa persona lo traicionó. Entonces, para no salir nuevamente dañado, usted decidió poner una barrera.

Sin embargo, piense conmigo: usted hoy es producto de las personas a las que más abomina. Las personas que le fallaron crearon esta versión suya. Y usted intenta mantener su bondad y salud, pero está al límite (de explotar, de ser grosero). Usted está siendo como esas personas a las que criticó. ¿Ese es el mejor camino?

Lo entiendo perfectamente, yo también sentí algo semejante. Y Dios también sabe que el ser humano tiene esa tendencia de indignación, a causa del sentido de justicia. Ese sentido de justicia proviene de Dios, que pone eso en nuestro interior como una brújula contra la maldad.

Solo que la Palabra de Dios dice: «… porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios», Santiago 1:20.

Su ira generará más injusticias, más personas lastimadas, más personas que se volverán extremadamente individualistas, que no creen en los seres humanos, y el mundo empeorará.

Entonces, la solución es confiar en Dios. La mejor versión de usted mismo es la versión que Dios puede crear, a la que llama «nueva criatura». Es alguien que tiene una mirada diferente sobre la humanidad. ¿Usted cree que Dios no siente ira también? En el Salmo 7, está escrito que Dios siente ira todos los días. Y con todo el poder que tiene ¿no cree que podría hacer caer una lluvia de rayos y terminar con todo? Pero Él ve a los seres humanos con otros ojos. Usted debe ver con otros ojos, al igual que Dios, y eso no hará que deje de sentir ira (porque Dios también la siente), pero sí hará que no se consuma.

Quizás usted se cerró ante las amistades. Quizás usted, hombre, diga: «No quiero saber nada con las mujeres, traen problemas». Y todas las mujeres del mundo pagan a causa de dos o tres que lo hicieron sufrir. Y usted paga el precio de la soledad, de cerrarse al mundo, a los familiares. Y tiene una terrible manera de vivir: «No quiero a las personas, pero las necesito». Lo que debe entender es: «No seguiré siendo producto de esas personas. Quiero ser la versión de quien Dios quiere que sea. Miraré al mundo como lo hace Dios. Quiero tener comprensión. Quiero tener otro punto de vista».

Entonces, hable con Dios para que pueda quitar de su corazón esa combinación de basura emocional que se acumuló a lo largo de los años. Que usted sea sabio no significa que sea bobo. El sabio conoce todas las maldades del mundo, pero no se deja corromper. Está por encima de la maldad del mundo.

Vea el mensaje completo en el siguiente video.