Cuando usted entiende el motivo de hacer lo que hace, puede fortalecer sus virtudes y trabajar en sus vicios y debilidades.

Tenemos dos proverbios que hablan sobre eso…

El primero: «El corazón conoce la amargura de su alma; y extraño no se entremeterá en su alegría» (Proverbios 14:10).

Es decir, cuando usted está cargando un peso en su alma y se pregunta: «¿Por qué estoy así?». Su corazón le responderá. Tal vez descubra que su tristeza proviene de una frustración muy grande. O usted piense: «Mi vida nunca más será la misma. Perdí mi sueño, todo sucedió al revés».

Las personas que cargan ese peso en su interior no piensan sobre eso todos los días, pero el problema está mal resuelto en ellas, y eso genera una raíz de amargura. Puede ser que la persona se culpe por haber arruinado su matrimonio. Y ese dolor está presente a diario de una manera sutil. La persona intenta anestesiar ese sentimiento de dolor por medio de actividades y no hace algo eficaz para resolver la situación.

Cuando usted tiene un dolor de muelas, toma un analgésico y alivia el dolor, pero luego vuelve. A nadie le agrada ir al dentista, sino que es algo que la persona necesita hacer para resolver la causa (y no el síntoma). Tal vez, haya intentado lidiar con los síntomas de su amargura, pero no con la causa.

Usted tiene que detectar la raíz de su amargura y cortarla. De esta manera, podrá perdonarse, buscar el perdón de alguien (tal vez la persona no lo perdone, pero usted puede hacer las paces con su pasado). Dios puede perdonarlo. Entonces, usted usará su pasado para convertirse en una mejor persona, que no repetirá errores. Esta es la forma de lidiar con la raíz de su amargura.

Y el otro proverbio dice: «La sabiduría del prudente está en entender su camino,
mas la necedad de los necios es engaño» (Proverbios 14:8).

Es entender lo que hace. «¿Por qué soy una persona nerviosa? ¿Por qué no me arriesgo? ¿Por qué vivo ansioso?». Considerar es una actitud de la mente, es usar su poder de evaluación. Entonces, al mirar hacia su interior, busca comprender su camino.

¿Logra separar 5 minutos de su día, tomar una hoja y una lapicera, y pensar sobre quién ha sido, qué ha hecho o en qué necesita mejorar? Escriba, por lo menos, un punto sobre usted y hable con Dios. Trabaje en esta tarea todos los días, y así usted será sabio y verá el resultado en su vida.

Vea el mensaje completo en el video y piense al respecto.