thumb do blog Renato Cardoso
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VIGILE SUS PALABRAS (LOS 3 TAMICES)

Muchas veces, subestimamos el impacto de nuestras palabras. Algunos creen que pueden decir lo que quieran sin considerar las consecuencias, pero las palabras son como semillas que sembramos. Más tarde o más temprano, todos tendremos que rendir cuentas de nuestras palabras

¿Sabía que hay muchas personas pagando caro por las tonterías que dijeron en el pasado? Hay quienes perdieron el matrimonio, la relación con los hijos e incluso la reputación.

Todo esto es porque muchos creen que pueden ir por ahí diciendo lo que les viene a la mente. Usan la boca para hablar necedades, insultos, críticas gratuitas, mentiras y chismeríos, pero se olvidan o desconocen que las palabras son semillas.

Observe lo que el Señor Jesús dijo: «Mas Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio», Mateo 12:36. Podemos comprender que las palabras pueden ser ociosas o pueden tener algún propósito, incluso es asustador pensar que cada una de nuestras palabras están siendo grabadas en los registros celestiales.

Sigue: «Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado», Mateo 12:37.

Por lo tanto, todos debemos tener cuidado para no crear pruebas contra nosotros, porque tendremos que rendir cuentas.

Así que tiene que pensar si las palabras lo están ayudando o ahogando. Y solo usted tiene el control sobre estas, usted elige lo que quiere decir. Muchas personas piensan que hay libertad de expresión sin consecuencia.

Cuando escucha una mala noticia, siente que las rodillas le tiemblan, frío en el estómago, porque la palabra tiene un valor de pérdida, tiene espíritu. Lo mismo sucede cuando recibimos buenas palabras. Las palabras, como espíritu, poseen al que las dice y al que las escucha. Asimismo, yo escucho mis palabras antes de que otras personas escuchen, ¿qué espíritu transmiten? Son más que una simple información. Con un «buen día», puede transmitir un espíritu bueno o un espíritu de desprecio.

Todos debemos prestar atención en lo que decimos. No acumule la ira de Dios a través de sus palabras.

¿Qué puede hacer? ¿Ya escuchó la historia de los 3 tamices?

Cierto día, un sabio fue abordado por un hombre:

— Quiero contarle algo respecto a su amigo, —le dijo el hombre.
— Pero antes, quiero saber si pasaste esa información por los tres tamices. El primer tamiz es el de la verdad, ¿esto es verdad? —cuestionó el sabio.
— No lo sé, fue algo que escuché, —titubeó el hombre.
— El segundo tamiz es el de la bondad. ¿Estás seguro de que eso pasó por la bondad?
— Confieso que no.
— El tercer tamiz es el de la utilidad. ¿Lo que me contarás es útil para mí?
— ¿Útil? Bueno, en realidad, no.
— Entonces, si lo que me contarás no es verdad, bueno ni útil para mí, por favor, quédatelo contigo, finalizó el sabio.

Piense al respecto, el mensaje completo está en el video.

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Colaborador

Obispo Renato Cardoso