thumb do blog Renato Cardoso
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¿Y SI SU CONCIENCIA «LIMPIA» EN REALIDAD ES INMUNDA?

A nuestros ojos, somos buenos, honestos, justos, fieles, caritativos, verdaderos, equilibrados. Así es nuestro juicio a nuestro propio respecto. Y a veces, incluso cuando hacemos cosas equivocadas, decimos: «Mi conciencia está limpia».

¿Y a los ojos de Dios? ¿Cómo Dios nos ve? Preste atención: «… todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento», Isaías 64:6.

El profeta Isaías, dando voz al pueblo que estaba en pecado, expresó exactamente cuál es la condición de nuestra justicia. Él dijo: «… todos nosotros somos como suciedad…». Y también usó la expresión trapo de inmundicia.

Por lo tanto, usted puede creerse una persona justa, buena, porque no mata, no roba, no comete adulterio físicamente, pero el Señor Jesús subió el patrón cuando dijo que el adulterio también se comete en el corazón cuando codicia a una persona. Usted puede ser una persona bien considerada ante los hombres, pero comparado a la justicia de Dios es un trapo de inmundicia. No seremos juzgados por nuestra justicia. Cuando llegue al tribunal, no será juzgado por su conciencia, lo que importa son las leyes de ese tribunal. Y la justicia de Dios es infinitamente superior, porque Él ve todo, conoce incluso las intenciones de nuestro corazón.

Será juzgado por la Palabra de Dios. Si usted no tiene un abogado (ahí es donde actúa el Señor Jesús), sus culpas no son resueltas delante del Juez, ¿entonces cómo saldrá ileso de ese tribunal? Todos pecamos, nuestra justicia es como trapos de inmundicia. Para ser limpios, necesitamos la sangre del Señor Jesús, que borra nuestros pecados y nos hace limpios a los ojos de Dios. Pero solo sucederá si queremos este perdón, si creemos en Él y si vivimos de acuerdo con Su Palabra. La voluntad de Dios no es condenar.

La pregunta que debe hacerse es: «¿Ya resolví mis inmundicias delante de Dios?». Solo Él venció la muerte y no pecó, porque todos los demás nombres son tan inmundos como usted, ¿qué hará? ¿Se presentará solo, con sus trapos delante del Juez, o lo hará con su Abogado, el Señor Jesús?

Es importante que vea el video y reflexione sobre el tema.